Parroquia de Santa María Magdalena

ALREDEDOR DE TU MESA
VENIMOS A RECORDAR (bis)
QUE TU PALABRA ES CAMINO,
TU CUERPO FRATERNIDAD. (bis)

Hemos venido a tu mesa
a renovar el misterio de tu amor,
con nuestras manos manchadas,
arrepentidos buscamos tu perdón.

Protégeme, Dios mío,
que me refugio en ti.

Como cantan los pájaros del bosque,
como canta la música del viento,
en mi alma resuena tu palabra
que me dice: “yo te quiero, yo te quiero”.

TÚ, JESÚS, ME QUIERES MUCHO,
Y YO TAMBIÉN, TAMBIÉN TE QUIERO.
Y YO TAMBIÉN, TAMBIÉN TE QUIERO.

Como cantan de amor los que se quieren,
como cantan la fuente y el jilguero,
en mi alma...

Como canta la madre a su pequeño
y lo abraza feliz contra su pecho,
en mi alma...

Quiero estar, Señor, en tu presencia,
quiero estar, Señor, junto a tu mesa,
y llevarte hoy mis manos llenas,
y entregarte hoy todo mi amor.

TÓMALO Y ACÉPTALO, SEÑOR,
ES MI COSECHA.
TÓMALO, TRANSFÓRMALO, SEÑOR,
EN PURA OFRENDA.

Con el pan, Señor, llevo mi vida,
con el cáliz van, van mis heridas;
a tu altar, Señor, llevo mi espiga,
a tu altar de amor mi corazón.

Quiero estar, Señor, junto a tu mesa
y entregar mi vida entera.
Quiero estar, Señor, en tu presencia
y entregar mi corazón.

Yo soy el pan de vida,
el que viene a mí no tendrá hambre,
el que cree en mí no tendrá sed.
Nadie viene a mí,
si mi Padre no le atrae.

YO LE RESUCITARÉ, (3)
EN EL DÍA FINAL. (bis)

El pan que yo daré
es mi cuerpo, vida para el mundo.
El que siempre coma de mi carne,
vivirá en mí,
como yo vivo en mi Padre.

Yo soy esa bebida
que se prueba y no se siente sed.
El que siempre beba de mi sangre,
vivirá en mí
y tendrá la vida eterna.

Sí, mi Señor, yo creo
que has venido al mundo a redimirnos.
Que tú eres el Hijo de Dios
y que estás aquí
alentando nuestras vidas.

Hoy quiero cantarte,
Señora de los ángeles,
reina soberana,
Madre celestial.
Yo soy una alondra
que ha puesto en ti su nido.
Viendo tu hermosura,
te reza su cantar.

LUZ DE LA MAÑANA,
MARÍA TEMPLO Y CUNA,
MAR DE TODA GRACIA,
FUEGO, NIEVE Y FLOR.
PUERTA SIEMPRE ABIERTA,
ROSA SIN ESPINAS,
YO TE DOY MI VIDA,
SOY TU TROVADOR.

Salve, surco abierto
donde Dios se siembra.
Te eligió por madre
Cristo redentor.
Salve, esclava y reina,
Virgen nazarena,
casa, paz y abrazo
para el pecador.