Meditación de la Semana
Corpus Christi
Que la lengua humana cante este misterio:
la preciosa Sangre y el precioso Cuerpo.
Quien nació de Virgen, Rey del Universo,
por salvar al mundo dio su sangre en precio.
Se entregó a nosotros, se nos dio naciendo de una casta Virgen;
y acabado el tiempo, tras haber sembrado la Palabra al pueblo,
coronó su obra con prodigio excelso.
Adorad postrados este Sacramento,
cesa el viejo rito, se establece el nuevo;
dudan los sentidos y el entendimiento;
que la fe lo supla con asentimiento.
Himnos de alabanza, bendición y obsequio;
por igual la gloria y el poder y el reino
al eterno Padre, con el Hijo eterno,
y al divino Espíritu que procede de ellos. AMEN